jueves, 21 de noviembre de 2013

Método canguro con trillizos

Cuando tienes trillizos la fase de la incubadora es desagradable, no sólo porque los ves más pequeñines que un Nenuco, frágiles como el papel, sino porque para tu mente tus hijos están ingresados y, por ende, están malitos. Además, están rodeados de otros bebés que han pasado por alguna operación o dificultad, un panorama que refuerza esta idea. Pero no, están en la 'operación engorde' y hay momentos maravillosos que me ayudaron a evadirme del clima hospitalario: ese era mi momento, el nuestro, el momento 'método madre canguro' (MMC).


Cuando la enfermera nos dijo que podíamos hacerlo yo me imaginaba que me estaba diciendo algo así como "anda, mamá primeriza, haz algo, coge al bebe y acúnalo un poco" pero no, se trata de hacer piel con piel para establecer el vínculo físico con el bebé, un vínculo que las mamás de cesárea e incubadora tardamos más en tener. Y da tanto gustito!



Así, las ranitas, que van desnuditas, siguen escuchando el ritmo de tu respiración y tu corazón, retornándolo a su pisito intrauterino, y acompasan sus constantes vitales a las tuyas, de manera que les ayudamos a estabilizarse, les ayudamos hasta con su temperatura corporal, reducimos la sobreexcitación, el llanto, las infecciones de las vías respiratorias y supone un menor riesgo de déficit de atención en el periodo neonatal y más en trillizos que están acostumbrados a tocar gente alrededor y de pronto están como en una isla desierta.

Su ritmo cardíaco, respiratorio se tornarán más calmados, porque el suyo es como el de Fernando Alonso cuando termina una carrera, y esta tranquilidad transmitida se convierte en relajación que todas sabemos que al final se traduce en crecimiento.

Para ello solo un consejo: ropa amplia, aunque no hace falta que lo diga porque después de un embarazo como este, en el que parecía un transporte público, el cuerpo se queda 'algo' hinchado y todo lo que me ponía era amplio para no marcar flotador. Lo mejor es una camisa con botones para poder desabrocharla y colocarlos debajo y si es elástica mejor, porque los sujeta más.

Algunos ha colocado el origen de este método en Sudáfrica, otros en Colombia, en fin, en países donde la natalidad era muy elevada y los bebés compartían incubadora y, para evitar infecciones, se optó por enviarlos a casa donde la madre pudiera servir de incubadora. Resultado: lejos de aumentar la mortalidad, los médicos constataron que ésta disminuía, que el crecimiento o maduración del recién nacido se adelantaba, que la tasa de infecciones era menor y que el bebé iniciaba el proceso de alimentación por leche materna de forma más rápida.

Nosotros nos hemos puesto en contacto con trillizos adultos para conocer de primera mano cómo fue su llegada al mundo y es curioso comprobar como todos ellos nos cuentan que estuvieron en casa, en cajitas de cartón llenas de algodones y junto a braseros o bien al sol para mantener el calorcito. Es decir, el calor es fundamental, y si es de mami, entonces ya es la bomba.

Remedios caseros o no, lo que parece cierto es que este método funciona, y además, podría ayudar a ahorrar mucho dinero a la sanidad española. Según un estudio de  #Suavinex publicado por ABC, esta técnica supondría un ahorro de 200 millones de euros ya que podría reducir hasta en 17 días el ingreso hospitalario de neonatos prematuros.



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